Autora: Laia Soler
Editorial: Plataforma Neo
Páginas: 358
Primer capítulo en la web de la editorial.
Si queréis leer la sinopsis, la tenéis aquí.
Si queréis leer la sinopsis, la tenéis aquí.
Heima es hogar en islandés es un viaje mágico, no solo por el recorrido en coche por la isla sino por la construcción de sus personajes, desde nuestra protagonista, Laura, hasta John, pasando por Orri o Audur.
Laia Soler nos trae a una protagonista, Laura, que padece acromatopsia y ya desde las primeras palabras que nos dedica, nos transporta a otro mundo, un mundo en blanco y negro. Eso junto con las preciosas imágenes que ilustran las páginas en esta escala de colores, te adentran de lleno en la vida de la protagonista. Tanto la forma de describir de Laia Soler como las imágenes presentes en el libro, me hicieron imaginar esta historia al igual que la vive Laura en la novela: en blanco y negro, lo que me hizo sentir y vivir de una forma mucho más cercana la historia.
El estilo de narración de Laia Soler es mágico en todos los sentidos, y te transporta a un mundo en el que todo es posible. Su estilo es sencillo y va directo al corazón. Además, consigue que te enamores perdidamente de Islandia y que sueñes con visitarla de la misma forma que lo hace Laura.
En su primera noche Laura conoce a Orri, un ligón rematado con frases prefabricadas y sonrisas de plástico que se ofrecerá a mostrarle Reikiavik al día siguiente. Lo que se vuelve una locura cuando ella acepta.
La misma locura me parece aceptar al día siguiente viajar con Orri y su amigo John, al que no conoce de nada, alrededor de la isla. Está claro que es la manera más rápida de hacerlo y que, al menos, tendrá compañía. Sin embargo, por mucho que se justifique sigue siendo una locura. Acepto que todo esto sucede por el bien de la historia, pero no puedo dejar pasar el comentar este detalle.
Es un acierto completo que la sinopsis deje tanto de la historia por descubrir porque cuando la novela da su giro argumental, no te lo habrías imaginado nunca. Laia Soler te va envolviendo en un mundo que no habrías imaginado nunca, lleno de cosas... inimaginables. Y lo mejor es que cuando te quieres parar a pensar en ese mundo, no te parece extraño.
Nos encontramos ante una novela mágica, con una protagonista que va recuperando su fuerza y sigue hacia adelante a pesar de todo lo que le sucede y que se da cuenta de que los cambios, queridos o no, pueden terminar siendo algo bueno y de lo que disfrutar. Aunque Laura solo buscaba huir, termina encontrándose a sí misma en las tierras mágicas del hielo y del fuego. Por tanto, creo que esta obra es una de esas joyas que te llegan al corazón por muchos motivos y que nunca me hartaré de recomendar a todo el que me quiera escuchar. Porque, a pesar de que el final deja un sabor agridulce, tengo clarísimo que esta es una de las novelas más bonitas que he leído durante este año.
Por cierto, si os gusta esta novela, Laia Soler también ha publicado Los días que nos separan, que también tiene muy buena pinta y por la que su autora fue galardonada con el premio literario La Caixa/Plataforma Neo.
El estilo de narración de Laia Soler es mágico en todos los sentidos, y te transporta a un mundo en el que todo es posible. Su estilo es sencillo y va directo al corazón. Además, consigue que te enamores perdidamente de Islandia y que sueñes con visitarla de la misma forma que lo hace Laura.
En su primera noche Laura conoce a Orri, un ligón rematado con frases prefabricadas y sonrisas de plástico que se ofrecerá a mostrarle Reikiavik al día siguiente. Lo que se vuelve una locura cuando ella acepta.
La misma locura me parece aceptar al día siguiente viajar con Orri y su amigo John, al que no conoce de nada, alrededor de la isla. Está claro que es la manera más rápida de hacerlo y que, al menos, tendrá compañía. Sin embargo, por mucho que se justifique sigue siendo una locura. Acepto que todo esto sucede por el bien de la historia, pero no puedo dejar pasar el comentar este detalle.
Es un acierto completo que la sinopsis deje tanto de la historia por descubrir porque cuando la novela da su giro argumental, no te lo habrías imaginado nunca. Laia Soler te va envolviendo en un mundo que no habrías imaginado nunca, lleno de cosas... inimaginables. Y lo mejor es que cuando te quieres parar a pensar en ese mundo, no te parece extraño.
Nos encontramos ante una novela mágica, con una protagonista que va recuperando su fuerza y sigue hacia adelante a pesar de todo lo que le sucede y que se da cuenta de que los cambios, queridos o no, pueden terminar siendo algo bueno y de lo que disfrutar. Aunque Laura solo buscaba huir, termina encontrándose a sí misma en las tierras mágicas del hielo y del fuego. Por tanto, creo que esta obra es una de esas joyas que te llegan al corazón por muchos motivos y que nunca me hartaré de recomendar a todo el que me quiera escuchar. Porque, a pesar de que el final deja un sabor agridulce, tengo clarísimo que esta es una de las novelas más bonitas que he leído durante este año.
Por cierto, si os gusta esta novela, Laia Soler también ha publicado Los días que nos separan, que también tiene muy buena pinta y por la que su autora fue galardonada con el premio literario La Caixa/Plataforma Neo.
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Buena reseña ;) Tengo muchas ganas de leerme este libro, después de lo que has dicho sobre él tengo aún más ganas. Además, los días que nos separan me encantó. A ver si lo subo en mi lista de libros pendientes.
ResponderEliminar¡Hola, Ana!
ResponderEliminarEstoy segura de que te encantará, para mí fue una de las mejores lecturas del año. Aún no he leído Los días que nos separan pero estoy segura de que no tardaré en hacerlo porque me encanta cómo escribe Laia Soler :)
Un saludo :D