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| Fuente: megustaleer |
Título original: A Thousand Pieces of You
Trilogía: #1 Firebird, Pájaro de Fuego 1
Editorial: Montena
Colección: Ellas Montena
Precio: 16'95€
Formato: Tapas blandas con solapas
Páginas: 368
ISBN: 9788490434420
A la sombra lunar de Crepúsculo nació lo primero que pude leer de Claudia Gray: Medianoche. Con todo el boom que generó la temática vampírica y aunque me llamó bastante la atención la historia de Bianca y Lucas pensé que Gray había visto su oportunidad para tener un poco de éxito literario. Sin embargo, al terminar de leer Mil lugares donde encontrarte queda bien claro que Claudia Gray no es una oportunista. Ahora nos trae una nueva trilogía llamada Pájaro de Fuego y cuyo principal protagonista son los viajes interdimensionales.
Con un estilo sencillo y un ágil ritmo Claudia Gray nos hace aterrizar en diversos paisajes retro-futuristas: un Londres tecnológicamente muy avanzado; la Rusia Imperial llegando hasta nuestros días; un lugar en el que los padres de la protagonista han conseguido un Nobel y una plataforma científica en medio del océano puesto que las predicciones de Greenpeace se han hecho realidad mucho, mucho antes de lo previsto (tomad nota: cuidado con la contaminación).
Estos otros mundos han sido, sin duda, la mejor parte del libro. Ver dónde aterrizaba la protagonista y cómo iba haciéndose con su entorno (aunque hubiera estado bien que alguien se hubiera dado cuenta de que habían poseído a la Marguerite de su mundo, le hubiera dado un buen toque de humor).
Aunque he de resaltar un punto muy negativo, es el tema de las trilogías innecesarias: ¿es tan difícil hacer un libro un poco más extenso -recortando las cosas que sobran de este- y contar toda la historia del tirón? Está claro que la autora y su editorial quieren ganar dinero, pero el precio de esto es que la novela pierde calidad. Hay libros que es imposible condensar en menos de, pongamos, mil páginas, pero estoy prácticamente segura de que esta historia sí. Este libro se podía haber limitado a contar cuatro cosas importantes y no habríamos echado de menos el resto.
Es un libro introductorio, aunque hay que agradecer que el cuadrilátero amoroso que se forma, además de extraño y diferente a todo lo que he leído antes, se resuelva en esta primera parte de la historia porque era muy aburrido ver cómo la protagonista, Marguerite, no se decidía y no parase de dudar, aunque todos supiéramos mejor que ella lo que siente, algo que podemos ver a través de sus recuerdos. Digamos que es divertido ver cómo Paul sabe que Marguerite ha tenido una bonita historia de amor con el Teniente Markov, su otro yo en la Rusia Imperial, y que es él el culpable de que nuestra protagonista no se decida del todo a tener una relación con él. Es extraño cómo Gray quiere mantener la tensión entre ellos: ahora confío en ti, ahora no. Y así todo el rato, este culebrón interdimensional puede cansar un poco al lector, sobre todo cuando se introduce un tercer chico.
Además de pequeños fallos a la hora de la corrección de estilo y el error de la contraportada en el que dice que Marguerite viaja a una Nueva York futurista siendo en realidad un Londres futurista y que la edición interna no es nada del otro mundo, tengo que destacar la portada. Sí, la portada es perfecta porque, en mi opinión, refleja tanto la historia -con dos de las dimensiones a las que viajan- como la personalidad de Marguerite, que pinta, de ahí que la portada recuerde a los dibujos que se hacen con acuarelas. Fantástica.
En definitiva: es una historia corta, ágil, llena de aventuras en escenarios cambiantes y con un cuadrilátero-triángulo amoroso que parece que no ha durado demasiado, lo que para mi gusto es de agradecer. Es una historia que espero que evolucione y mejore en los próximos libros y en los que quizás podamos conocer más dimensiones.
Estos otros mundos han sido, sin duda, la mejor parte del libro. Ver dónde aterrizaba la protagonista y cómo iba haciéndose con su entorno (aunque hubiera estado bien que alguien se hubiera dado cuenta de que habían poseído a la Marguerite de su mundo, le hubiera dado un buen toque de humor).
Aunque he de resaltar un punto muy negativo, es el tema de las trilogías innecesarias: ¿es tan difícil hacer un libro un poco más extenso -recortando las cosas que sobran de este- y contar toda la historia del tirón? Está claro que la autora y su editorial quieren ganar dinero, pero el precio de esto es que la novela pierde calidad. Hay libros que es imposible condensar en menos de, pongamos, mil páginas, pero estoy prácticamente segura de que esta historia sí. Este libro se podía haber limitado a contar cuatro cosas importantes y no habríamos echado de menos el resto.
Es un libro introductorio, aunque hay que agradecer que el cuadrilátero amoroso que se forma, además de extraño y diferente a todo lo que he leído antes, se resuelva en esta primera parte de la historia porque era muy aburrido ver cómo la protagonista, Marguerite, no se decidía y no parase de dudar, aunque todos supiéramos mejor que ella lo que siente, algo que podemos ver a través de sus recuerdos. Digamos que es divertido ver cómo Paul sabe que Marguerite ha tenido una bonita historia de amor con el Teniente Markov, su otro yo en la Rusia Imperial, y que es él el culpable de que nuestra protagonista no se decida del todo a tener una relación con él. Es extraño cómo Gray quiere mantener la tensión entre ellos: ahora confío en ti, ahora no. Y así todo el rato, este culebrón interdimensional puede cansar un poco al lector, sobre todo cuando se introduce un tercer chico.
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| Fuente: Web Claudia Gray |
El tercero en discordia es Theo, un personaje predecible como ‘malo’. Aunque es un ligón y se ve a la legua que le gusta Meg, como llama a la protagonista, cuando tiene su oportunidad de tener algo con ella, no lo hace, lo que no es coherente aunque la autora quiera arreglarlo más tarde.
En cuanto al verdadero antagonista, es impredecible y realista, porque el mejor asesino es aquel que no conocemos. Es interesante porque es una persona que en el mundo en el que se mueven los protagonistas aunque tienen trato, este es lejano: saben quién es pero no tienen la misma relación que pueden tener la familia Caine, Theo y Paul en otra de las dimensiones. Sin embargo, tanto su motivación como la forma de hacerlo tiene bastante lógica. Además de pequeños fallos a la hora de la corrección de estilo y el error de la contraportada en el que dice que Marguerite viaja a una Nueva York futurista siendo en realidad un Londres futurista y que la edición interna no es nada del otro mundo, tengo que destacar la portada. Sí, la portada es perfecta porque, en mi opinión, refleja tanto la historia -con dos de las dimensiones a las que viajan- como la personalidad de Marguerite, que pinta, de ahí que la portada recuerde a los dibujos que se hacen con acuarelas. Fantástica.
En definitiva: es una historia corta, ágil, llena de aventuras en escenarios cambiantes y con un cuadrilátero-triángulo amoroso que parece que no ha durado demasiado, lo que para mi gusto es de agradecer. Es una historia que espero que evolucione y mejore en los próximos libros y en los que quizás podamos conocer más dimensiones.
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