Una nueva llama

Soy el nuevo, el crítico. Cada viernes publicaré una crítica sobre una película. El nombre de la sección augura mucho de sus contenidos, se llamará Black Friday. No, no hace falta que os protejáis tras la muralla de cajas de cartón o almohadas que teníais cuando eráis pequeños, no hagáis sonar vuestra flauta dulce cual cuerno atronador con ánimo de advertir al vecino, ¡os odiará!. No voy a quemar vuestro pueblo o ciudad, no voy a raptar a las mujeres, no voy a alimentarme de vuestros hijos o hermanos. Bueno. No por el momento. 

Fuente: los-reflejos.blogspot.com

Cuando fui aceptado para unirme a FireLit -Fire Lite, Fire-lit, fuego del hogar, libros aterrorizados ante otro Fahrenheit 451, lanzallamas, mechero mediante, o luz hogareña de chimenea- pensé: has diseñado el blog, has visto las películas de Harry Potter (y alguna hasta te ha quemado un poco la pupila), has leido Finis Mundi y El clan de la Loba e, incluso, has asistido al último Evento Idhunita y a los premios Templis, al menos sabrás que vas a criticar.

Esta mañana, me devaneo los sesos En busca del tiempo perdido, creo que más que con algún capítulo de Proust. Me propongo, portada de Seurat delante, realizar un cuadro puntillista sobre qué es el cine juvenil, para ello, dispongo pintar el horizonte añil de la literatura juvenil, blindado por tres soles y tres lunas. Pero, ¿qué es y cómo se pinta la literatura juvenil? Me hago un lio y el dibujo parece más bien la espiral involuntaria de un loco.

Fuente: http://www.cicutadry.es/

Leo unas cuantas entradas poco prometedoras en Google. Coitus interruptus con la literatura infantil, defecación inmunda sobre el estilo, la trama y el público al que se dirige, necesidad socializadora y didáctica, críticos  que se han quedado anclados en la Academia, y, mucha paja quemada después entiendo: la literatura juvenil es novela de aprendizaje con personajes de entre 13 y 20 años de edad. Me muero de miedo, entiendo que no se dirige a mí, y pienso que casi tengo la responsabilidad de no entenderlo. 

Entonces La estepa de Chéjov debe ser literatura infantil, solo un niño ruso finisecular sabría comprender a su protagonista...

Un cuervo se posa sobre mi cabeza. Tal vez me merezco darme otra oportunidad. Concluyo, que toda novela de aprendizaje no se dirige únicamente al público de edad similar a la edad del protagonista. Lógicamente tiene un público objetivo, un público objetor y un objetivo público, los jóvenes. Pero no es necesario que solo se dirija a ellos, ni que, por hacerlo, censure el gusto literario de la poesía de las palabras. Y yo que de palabras me alimento, sé que la literatura juvenil no es otra que aquella que tiene al joven por protagonista, a su público por escudo y a su futuro por espada.

El cielo se me ha quedado corto, algo vacío y plano. Pero la ley reina y la indeterminación juzga con menor decoro. El cine protagonizado por jóvenes tiene: más color que lo que ya he dibujado, una distopía de ruinas futuristas y jóvenes luchando con divergencia y varitas sobre ellas,  y tanto éxito o más que esos libros. Aunque aún se le puede pedir mucho más. Será lo que con férrea convicción, agresiva actualidad, personalísima furia y poca templanza me dedicaré a criticar. Aunque, como ya sabéis, Firelit nunca termina en la literatura y el cine juvenil. Y os recomendaré algunos inexcusables no juveniles de nuestro tiempo.


Les deseo una muy buena semana; les pido que recuerden los libros, las películas y las series que critico antes de acordarse de mi madre o de mi familia. Por cierto, no sé dibujar.

Fuente: www.soundonsight.org

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